25 de noviembre de 2008

30 de Marzo

E. seguía con algo de jetlag, no le afectó mucho pero algo... nunca se sabrá si fue jetlag o mal dormir en el aeropuerto de India y un largo viaje, pero los días iban pasando, y todavía le costaba levantarse. Sorprendentemente MA quería levantarse antes que ella, estaba despierto y quería ir a descubrir ese evocador país en el que permanecerían durante casi un mes:

MA: “¿E nos levantamos?."
E: “¿Qué hora es? Tengo sueño, estoy cansada, ¿por qué te quieres levantar ya si a ti te encanta dormir?.”
MA: “Porque uno duerme en casa, no se viene a Nepal a dormir.”
E: “Tienes razón pero sólo un poquito más.”

Dormimos un poquito más. Bajamos a desayunar al restaurante del hotel, un aromático té de especias con leche: té nepalí (próximas entregas).

Visitamos de nuevo Durbar Square, y desde allí recorrimos otros barrios por los que no habíamos estado. Bajamos por la calle de los hippies: Freak street, , que la verdad no lo parecía mucho, y descubrimos el padre de los Space Invaders era brutal, como podéis ver en la foto. Es un movimiento curioso, nos los hemos encontrado en Bélgica, Alemania, Holanda, y ahora... ¡en Nepal!


Estos barrios eran más tranquilos, podías ir por la calle sin el agobio de los cazaturistas que querían hacer de guía o venderte algo, allí podías pararte tranquilamente sin miedo. Incluso estuvimos un buen rato sentados en la parte de arriba de un templo, observando la ciudad, descansando un poquito, integrándonos en el ambiente... Corría algo de brisa.


Decidimos ir a visitar el templo de los monos, Swayambunath, íbamos un poco por intuición, sólo sabíamos que estaba a unos 3 ó 5 kilómetros según fuentes, y que estaba al oeste. Habíamos leído que se podía ir en rickshaw o en taxi por unas pocas rupias (a regatear); pero qué me estás contando, si sólo son entre tres y cinco kilómetros vamos andando.... Dimos una gran vuelta hasta llegar al lugar. Según nos empezamos a alejar del centro de Kathmandú, llegamos a un río pestilente (posiblemente sagrado) de orillas orladas de basura. El hedor era insoportable y tras cruzarlo parecía que estábamos en los suburbios más chungos de la ciudad, perros y cuervos rebuscando entre la basura y la miseria. MA: “¡qué bah!, mira salimos a esa calle que viene más gente y ya está”.

Ya en la calle en la que venía más gente, el ambiente era distinto, los bajos de las casas eran tiendas, algunas de ellas asimilables a ferreterías, textiles, etc, me recuerda a un pueblo de la castilla profunda hace unas cuántas décadas... Seguimos andando, y la calle nunca acababa, parecía que nos iba a llevar al fin del mundo y lejos de nuestro destino, E estaba cansada, no habíamos comido, así que compramos algunas cosillas para no morir de inanición y aprovechamos a preguntarle a un señorín. Íbamos bien.
Finalmente, trás mucho caminar, pasar una base militar (que dio un poco de mal rollo con alambradas y todo), ver filas, perfectamente formadas, de escolares en uniforme que se dirigían a algún lado con sus profesores, llegamos al conjunto de templos, anclados en la montaña donde montones de coloridas banderas de oración lanzaban silenciosas plegarias al viento.


Habíamos leído que si subes por una entrada lateral te librás de pagar, y por esa fuimos, la encontramos, y allí estuvimos. En la preciosa estupa, o las preciosas porque hay varias. Allí alimentaban a los monos Rhesus (Macaca mulatta, en el que se descubrió el factor Rh sanguíneo), y nos hinchamos a hacer fotos de monos. Vimos la contaminada y caótica Kathmandú con su nube envolvente de polución desde allí.


Allí, alejados del bullicio y rodeados de templos, vimos gente en la calle cenando y cantando, y rezando, y en silenciosa meditación. Parecían tanto hindúes como budistas.
Entre el dulzón ritmo de los devotos, el sol del atardecer y la cena en hojas de banano parecía el lugar ideal para pasar la tarde.


Los monos daban buena cuenta de las sobras.


El inicio del atardecer desde allí fue maravilloso. Bajamos por la misma salida, vimos como un niño al ver de repente un mono macho, que le había pasado desapercibido, se asustó, y el mono al notarlo se fue a él con mala leche, sacando los dientes y mostrando los párpados rosas, pero el niño nepalí iba con su abuela (dedución por edad) y ésta ahuyentó al mono.



Ahora teníamos que volver al hostal, y se nos iba a hacer de noche fijo, y no hay luces, menos mal que la luz de la bici nos acompañaba en todo momento, pero llegar a Tamel de noche es un infierno, no perderte es casi un milagro, al menos al principio, hasta que lo conoces; de echo la noche anterior ya nos habíamos perdido. Además, a saber por dónde había que ir, creo que también dimos más vuelta de la debida, pero ya no hacía tanto calor, y habíamos descansado en el templo, lo peor fue volver a cruzar el río y esa zona, ahora no parecía tan chunga, pero el polvo y la contaminación (pese a que el río olía menos) eran brutales, ahí es cuando entendimos porque en algunas guías de viaje recomiendan ir a Kathmandú con mascarilla, cosa que nos pareció excesivo, pero en ese momento al menos un pañuelo se hubiera agradecido.

Y así, después de cenar-comer, acabó un día más, el último día que pasaríamos solos en Nepal.

11 de septiembre de 2008

Unas pocas palabras en nepalí

Nepalí (¿nepalés?), es lo que se habla en el país en el que íbamos a estar casi un mes.
A pesar de ser el lenguaje oficial, es hablado sólo por el 60% de la población (había muchos idiomas minoritarios raros).
Es hablado por unos 40 millones de personas pero sólo 16 millones como lengua materna, lo que lo sitúa en... el quincuagésimo sexto (56º?) puesto, entre el griego y el húngaro (como ejemplos europeos).
La escritura, algo rara (como podéis comprobar en la foto de la cabecera del blog , donde pone Nepal en nepalí) utiliza el alfabeto devanágari, similar al de India, que significa de la ciudad de los dioses. Tienen un montón de sonidos consonánticos y vocálicos como podéis ver en esta tabla... o sea, una rayada para aprenderlo.

Pero bueno, al menos sabíamos distinguir los números, porque los números también son distintos. Si bien es cierto que en la mayoría de los sitios estaban en alfabeto-turista. Era curioso en las matrículas de los coches, en algunos venían los dos tipos de números, por lo que podías autoexaminarte mirando sólo a los nepalís y luego comprobabas a ver si habías acertado.Vocabulario, no aprendimos mucho, algo básico, saludar y dar las gracias en el idioma de allí, era lo menos que podíamos hacer, así que:

1.- Namaste (नमस्ते): se han de juntar las manos (como que fueras a rezar) y bajas un poco la cabeza. Esta palabra fue la que más repetimos en las cuatro semanas que estuvimos allí. Teníamos regla nemotécnica, gracias a Tj, obviamente namaste es "no más té", y como allí se toma poco...
Se usaba también como despedida y existía la versión más formal Namaskar.

Pero ésta última no era suficiente para los sadhus (hombres santos) a los cuales se les tenía mucho respeto a pesar de vivir como indigentes y mendigar comida. A ellos se les decía Om Baba u Om narayah que significa... bueno, Baba significa padre, narayah todos los dioses, y sobre Om se han escrito libros enteros. En general representa el todo, unidad... o algo así.

2.- Dhanebad: ésta nos la solían entender peor, pero también teníamos regla nemotécnica, esta gracias a E., es "va a nevar", cuando estábamos llegando a Kathmandú, en el avión dijeron las típicas cosas que dicen en todos los vuelos, como dar las gracias por haber escogido su compañía, y cuando lo dijeron en nepalí, E. entendió "va a nevar" y le dijo a MA: "han dicho va a nevar, ¿lo has oído? está bien claro", a lo que MA dijo: "sí, sólo que han dicho danevat que es gracias", "ah, vale" contestó E.

Y hablando de palabras que suenan parecidas al español... un día por las montañas oímos a un niño que nos dice disculpe, y nos quedamos a cuadros, obviamente no podía estar diciendo eso, pero qué nos estaba diciendo... Nos costó darnos cuenta que lo que decían era school pen, y que no quería más que un boli para ir al colegio.


A parte de eso:

Dal Bhat.- Lentejas (con) Arroz
Pani.- Agua
Tatopani.- Agua caliente (nombre de un pueblo con aguas termales)
Kukur.- Perro
Biralo.- Gato
Sanchai cha?.- ¿Qué tal?

etc. etc.

10 de agosto de 2008

29 de Marzo de 2008

El barrio donde se ubicaba nuestro hotel era un hervidero de turistas, en general perrofláuticos atemperados o "alternativos". Rastas y camisas de cáñamo con los ojos de Buda estaban a la orden del día. Entre estas laberínticas y atestadas calles, los cazadores de turistas, una oleada de vendedores ambulantes, supuestos guías y organizadores de excursiones. Descubrimos las maravillosas virtudes del bálsamo de tigre, esa pasta similar al Vix Vaporub, pero que además limpia las fosas nasales, rejuvenece la piel, elimina malos olores, atrae la suerte y tonifica la musculatura. Es la nueva Panacea (despúes de la baba de caracol que repara el ADN y el aloe vera). Y había flautas como la que tocaba Krishna, hechas con madera de sándalo (¿o madera normal barnizada?), y todos nos querían enseñar la ciudad, y no podías pararte porque eras un blanco fácil. Recogimos montones de tarjetas de guías locales y organizadores de excursiones, y por fin, llegamos a la plaza Durbar (o Hannuman Doka), donde por ser extranjeros, tuvimos que pagar (no importa, tampoco se paga mucho, y la verdad es que la plaza es una auténtica pasada, es patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y con una vez que pagues puedes entrar indefinidamente durante todo el tiempo que estés allí, así que de algún modo hay que ayudarles a mantener aquello, que no tiene que ser barato, porque la concentración de templos, y el detalle que tienen es brutal). Y allí, en la taquilla voces que suenan familiares, no eran españoles, eran una pareja de muchachas holandesas.
De día la cosa cambia, innumerables templos-pagoda de enmarañadas tallas en madera, dedicados a innumerables dioses de innumerables brazos aparecían por doquier. Al fondo, entre la contaminación, las montañas. La gente se subía a la parte de arriba para alejarse del bullicio y recibir algo de aire fresco, y allí estaban.
El ambiente era agobiante, los vendedores y guías nos perseguían, y nos daba corte subirnos a los templos porque parecía que sólo los locales lo hacían. Nosotros éramos extranjeros y aún no sabíamos cómo les sentaría que nos subiéramos a sus lugares sagrados, como si fueran una atracción. Además, era importante recorrerlos en sentido horario y a veces era complicado si te encontrabas entre dos templos...
Tras visitar el centro y regresar al hotel para alejarnos del bullicio (y comernos los bocadillos que aún quedaban en la mochila), decidimos visitar Pashupatinath, un lugar sagrado en las afueras que consta de:
1) Crematorios en fila para clase alta y el resto, con salida al río Bagmati (subafluente del Ganges) Inciso: curiosamente, los crematorios de los ricos estaban más aguas abajo.... Se nos olvidaba mencionar que en la tradición hindú el ritual funerario incluye cremación excepto en los casos de mujeres embarazadas, Sadhus (hombres santos) y leprosos (mmm) que son arrojados al río sagrado sin incinerar. El río despide un olor profundamente hediondo y el agua es espesa y turbia. Bolsas de basura enganchadas en las orillas dibujan el cauce... ¿cómo será la situación más cerca de la desembocadura?
2) Casa de los ancianos donde los ancianos que piensan que van-a-morir pronto se van-a-vivir hasta que les llegue el momento para estar cerca del lugar sagrado.
3) Templo donde sólo permiten la entrada a hindúes, de doradas paredes y tejados. Según la tradición, cuando aquel lugar sólo era bosques y prados, un pastor notó que una de sus vacas dejaba de dar leche, y tras seguirla por el bosque, descubrió que al llegar a una roca, las ubres se vaciaban sobre ésta, de forma misteriosa. El hombre, irritado, partió la roca con un martillo, la cual empezó a sangrar. En ese momento, el monarca despertó de una pesadilla que le indicó que tenía que encontrar la roca sangrante y edificar el templo sobre ella. Al parecer la roca sigue dentro, pero ya no sangra.
4) Sadhus u hombres santos (no sabemos si de verdad o más para turistas), uno de los cuales se alimenta exclusivamente de leche desde hace 30 años. Su historia está pintada en los muros con modernos graffiti y puedes ver cómo se bañó en un lago sagrado, fue a un templo sagrado, meditó en una roca sagrada... a él lo representan de color lechoso (¿lácteo?) en contraste con la piel más morena de los hindúes, pero como no estaba en casa, no pudimos verlo...


Pashupatinath es el espiritú guardian y el templo más sagrado de Shiva en Nepal. El nombre significa el señor de todos los seres vivos del universo, de las palabras Pashu: seres vivos, y Pati: señor.

30 de junio de 2008

28 Marzo 2008

Recién llegados desde India, con mucho cansancio acumulado, cogimos el taxi que nos tenía que llevar a nuestro hotel. Menos mal que ya teníamos hotel, si tenemos que empezar a buscar un hotel, en un país con costumbres tan distintas, sin conocerlas, y habiendo dormido poco, la odisea hubiera sido mayor.

Tomamos un taxi de prepago, también por evitar ardúas negociaciones con los taxistas, total eran 400 Rupias, o sea 4 €. Íbamos en una furgonetilla roja, primera sorpresa, se conduce al revés que aquí, así que el volante está en lo que estamos habituados sea el lado del copiloto. ¿Dónde os tengo que llevar? pregunta el taxista, "A el hotel Acme Guest House, en Thamel". Parece ser que, aunque no nos lo dijo, no tenía ni idea de dónde se encontraba este hotel, Thamel sí claro, todo el mundo sabe dónde está ese barrio, es donde están todos los turistas, pero el hotel concretamente, no le importó mucho, tiró hacia el barrio, ya encontraría la forma de llegar preguntando de aquí para allá.

Empezamos a recorrer las calles de Kathmandú, y a notar en nuestros propios cuerpos que allí son un poco conductores suicidas, y que usar el claxon es signo de educación, pero esto es otra historia y deberá ser contada en otro momento.

Supongo que la primera impresión de la ciudad, teniendo en cuenta lo cansados que estábamos variará bastante de uno a otro, porque tenemos formas muy distintas de tomarnos las cosas.

Dios mío está ciudad es completamente caótica, a la par que contaminada, mira hay tierra por todas partes y la gente vive en la calle, se mezcla la basura con lo que no lo es, la gente con los animales, me desborda, es muy distinto a lo que nunca he visto, bueno supongo que MA se lo tome de otra manera, ha estado en Panamá, en medio de la selva, pero cómo puedes aguantar viviendo en un sitio así...

Qué guay, ¡es como Panamá pero en limpio! ¡Y mira las vaquitas qué majas!
Mmm creo que me estoy mareando un poquitillo... ¿de dónde demonios se bajan estas ventanillas?



La verdad, es que mi visión de las cosas cambió completamente en seguida, y ya no te cuento a lo largo del mes, es un país encantador, y aunque sí, Katmandú es una ciudad caótica, y contaminada, no importa, aprendes a sobrellevarlo, y los agobios del principio pronto desaparecen y te sientes uno más dentro del caos.

Bien tras mucho preguntar, y obtener respuestas más o menos válidas, llegamos a nuestro hotel, en el corto camino que teníamos que recorrer hasta llegar a la puerta, nos asaltaron varias personas ofreciéndonos de todo, incluído alojamiento, guías de trekking, lo que sea.

Llegamos al hotel, al interior, y nos atendió un chico muy majo que la verdad no volvimos a ver muy a menudo, nos ofrecieron un té nepalí, el cual nos sentó como agua de mayo, y ¡qué rico estaba! se convirtió en bebida oficial, había que aprovechar mientras estábamos allí que lo podíamos tomar, y por supuesto, parte de nuestros dos kilos de té que nos hemos traído son de té nepalí.

Primera cosa que descubres que varía entre allí y aquí. "Lo sentimos no podemos darles la habitación que tenían reservada, porque la persona que estaba no se ha ido todavía, suponemos que se marcha mañana por la mañana, así que os podréis cambiar mañana. Habíais reservado una habitación doble con baño compartido, pero tenemos muy pocas habitaciones que cumplan esas características, sólo tres, así que os podemos ofrecer una con baño propio, espero que no os suponga mucho trastorno, lo único que esta habitación es algo más cara" No nos supuso mucho trastorno, la habitación costaba como el doble, pero bueno, por supuesto la tuvimos que pagar a lo que era, eso de pagar la que teníamos contratada no, allí las cosas funcionan de otra manera, menos estricta, más relajada, nos iríamos acostumbrando; suponía pagar 4 € en vez de 2, por persona, así que no era mucho trastorno, por un par de días... Sí todavía lo pasábamos todo a €, aprenderiamos que no es lo que había que hacer, si lo pasas a euros pagas lo que te pidan, no te parece caro, hay que manejarse con las rupias.

Así que subimos a la habitación, y descansamos, que falta nos hacía, accionamos el aire acondicionado, era lo que ponía en la página de hostelworld que tenían, así que supusimos que el ventilador del techo era el aire acondicionado. Y dormimos un rato.

Para cenar, bocadillos, si habíamos sido previsores y llevado comida para todo el día y pico que duraba el viaje, la cual no usamos porque nos dieron de comer en todos los vuelos, por tanto, teníamos comida, no había necesidad de ir a buscar un sitio.

Bajamos y preguntamos por a conexión a internet, "No, lo siento no funciona, está habiendo problemas, espero no tarden en solucionarlos". Natural que esté habiendo problemas, hemos olvidado mencionar que de camino al hotel, un camión se había atascado en unos cables, y la solución fue... ¡cortar los cables! a grandes males grandes remedios.

Después de cenar, y ya anochecido salimos a la calle a dar una vuelta, no había luz, sólo la que venía de las tiendas que tenían generador propio, y así sumidos en una gran oscuridad llegamos a la plaza Durbar o Hanuman Dhoka, patrimonio de la humanidad. Muy despistados, aunque íbamos con un guía de estos que se te ofrecen, no nos vino mal, porque una ciudad totalmente desconocida, de noche y sin luz, aprendimos la valiosa lección de no dejar nunca la luz que llevábamos en el hotel, la luz de la bici de E.

De vuelta al hotel tomamos un té con este señorín, en un bar muy chulo, que nunca más conseguimos encontrar entre los miles de sitios que hay en Thamel.

Y acabó así el primer día en Kathmandú. A la cama y mañana será otro día.

25 de mayo de 2008

El viaje

No hubo que madrugar mucho, lo cual se agradece ante las perspectivas de un viaje tan largo. Nuestro vuelo salía a las 11:40, así que salimos de casa a eso de las 8:30, rumbo a Schiphol: tram 1 hasta Lelylaan, y luego en tren al aeropuerto, nos despedíamos de una soleada A'dam hasta dentro de casi un mes. "¿Lo llevamos todo verdad?" "Siempre falta algo, pero E si nos falta algo lo podemos comprar allí, lo importante, billetes de avión, visados, etc, lo llevamos".
Facturamos una de las mochilas (la pequeña nos dejaron llevarla como equipaje de mano, ¡qué bien!), la tuvimos que llevar nosotros a un lugar especial, en donde se hacen cargo de este tipo de mochilas (mochila de montaña normal y corriente), porque tienen muchos telarines colgando y si la dejábamos donde las demás maletas se podía enganchar.

El vuelo salió puntual, volábamos con la Turkish, y el avión era muy cómodo, nos dieron de comer, la comida era buena y suficiente, así que no nos hizo falta el bocadillo que prudentemente llevábamos preparado.
A las 16:05 aterrizábamos en Estambul, y "¡ah, ese sol!" cómo daba en los ojos, "uf, si reaccionamos así aquí ya verás en India o Nepal", teníamos dos horas de escala, así que no se hizo muy pesado, cuando llegamos cerca de la puerta de embarque y nos sentamos a esperar, el que teníamos al lado nos habló en español, resultó ser un israelí que tenía una novia de Barcelona, y que también iba a Nueva Delhi.
El aeropuerto de Estmabul, muy nuevo, vimos la ciudad a lo lejos, E reconoció algunos edificios que había visto en las fotos de sus tíos en Navidad.

De nuevo el vuelo salió puntual, otra vez con la Turkish, esta vez el vuelo era más largo y de cara a la noche, nos dieron frutos secos, zumitos, la cena, y un set del viajero, que incluía antifaz, cepillo de dientes de un sólo uso (no duraba más), minipasta de dientes, peine y calcetines para andar descalzos por el avión. Las mantas eran muy amorosas ;) MA lo pasó un poco peor en el viaje, porque se mareó, no pudo cenar. Rellenamos los papelitos de inmigración (más bien E rellenó los de los dos) y llegamos a Nueva Delhi.

Llegamos cansados, eran las 03:45 hora local, así que bueno, aún nos manteníamos con algo de animo, para nosotros eran las 23:15, hicimos la larga cola para llegar al puesto de inmigración, y medio nos entendimos con los trabajadores, no hablaban mucho inglés, y decían que porqué no teníamos dirección en Nueva Delhi, que llegando a esas horas, que algún sitio tendríamos que ir a pasar la noche, y nosotros "en el aeropuerto, es que tenemos que coger un avión para Kathmandu", bueno al final nos dejaron pasar poniendo en la dirección New Delhi, sin más.

India es como en Los Simpsons, bueno decir esto, es atrevernos a decir demasiado y pecar de entendidos, no nos movimos del aeropuerto y sólo pasamos allí unas horas, ¿cómo juzgar a todo un país por eso?, bien lo que queremos decir es que hay mucha gente, hay caos, y muchos colores.
En el aeropuerto tienes la zona de llegadas, y de allí sales directamente a la calle, atraviesas una carretera bastante ancha y llegas a la zona de salidas, en la entrada te piden que enseñes los billetes de avión, y después de comprobarlos nos dejaron pasar.
La zona de salidas estaba en obras, y no había un sitio medianamente decente donde estar, en el que estuvimos, hacía fresquito, como consecuencia del aire acondicionado, E se puso el polar encima de la sudadera y una camiseta y se tapó con la manta, pese a que veníamos de tierras más frías.
Por fin, era la hora de poder deshacernos de las maletas, primero había que pasar los bultos a facturar por un escáner, no está en dónde lo pesan, luego hacer cola para la facturación, momento que aprovechamos para rellenar los papeles de inmigración.
Y pasamos a la zona de embarque, que era más viejo, más lo que esperábamos encontrar, más lo que habíamos leído en internet, baños cochambrosos no como los de la otra zona que estaban nuevos e inmaculados.

Cambio de compañía, Jet Airways, a las 13 salíamos hacia nuestro destino, un vuelo mucho más corto, el avión muy cómodo también, con tu propia pantallita en el cabacero del asiento de delante, así escuchas o ves lo que te apetezca.
La comida, muy rica para MA, E no se la pudo comer, demasiado picante. Nos dieron caramelitos tanto en el despegue como en el aterrizaje.

No vimos montañas llegando, por lo que MA sugirió que igual nos habíamos equivocado de país. Pero no, allí estábamos, bajamos del avión, fuimos a por la maletas, pasamos por inmigración, por la zona de los que ya teníamos visado, pasamos el equipaje por la fila verde, la de los que no tienen objetos para declarar, cambiamos 50€, pedimos un mapa, pillamos un taxi de prepago, y salimos hacia nuestro hotel.
Ya habíamos llegado, ya estábamos allí, casi un mes de aventuras y desventuras se tendía ante nuestros pies, igual no éramos conscientes de ello en ese momento, casi te movías por inercia, el cansancio del viaje se dejaba notar, pero no importaba, por fin... NEPAL.

Los preparativos

Mil novencientos noventa y dos mil ocho...
Unoquevay... dice: "[...] y vamos a pasar a Nepal en coche, el 22. Anda, vente unos días."
: ( : dice: "Jo... mola... mola mucho... y dónde llegáis? No, no creo que pueda, si voy me gustaría ir un mes por lo menos y no creo que tenga días. Bueno, no sé, tengo que mirar. Y qué váis a hacer allí?"

Más tarde, a la hora de la comida:
"Oye E ¿y si me voy a Nepal?" "¿cuándo, cómo, por qué, y ese me voy no me incluye?" "¿A ti te gustaría ir?" "Claro" "Sería a finales de mes, A y sus amigos van a pasar desde India" "La verdad es que sería genial, pero... es un poco precipitado, no sé si es muy viable"...

Y miramos, y buscamos, y resultó ser la mejor época del año para ir a Nepal, y medio encontramos vuelos baratos, y teníamos información de que dormir no iba a ser caro, entre 1 y 4 € dónde más nos vayamos a gastar, así que... pese a lo precipitado de la decisión, y el poco tiempo que teníamos, decidimos ir. Y... a partir de ese momento, las cosas sólo harían que complicarse, era como que el destino no quisiera que fuéramos a Nepal, pero... nos dio igual, le plantamos cara al destino y nos fuimos a Nepal.

Lo primero y más urgente buscar un vuelo, y los encontramos, y digo los porque lo más barato era irse hasta Nueva Delhi y allí coger otro vuelo distinto a Nepal, con lo que eso implica, tener que volver a facturar, y añadir un visado más a la lista de cosas pendientes. Primer problema, ¿cómo comprar el vuelo? la tarjeta de MA no sirve, los holandeses son capullos y no dan tarjetas decentes, ponen excusas del tipo "si tú no estás casada" muy civilizados ellos.
Usamos la tarjeta de G (compañero francés de despacho) y como los que volábamos no éramos los titulares, nos pidieron sus datos por fax y una fotocopia de la tarjeta (¿a caso con la oculta intención de usar los datos de su tarjeta para fines oscuros?), los intentamos mandar, pero el fax no entraba, así que G se ralló, y nos pidió que, por favor, encontraramos otra forma de hacerlo.
Para el otro billete, nos pidieron hacer un ingreso en La Caixa, que Tj y M nos hicieron, infalibles, pero resultó que para llegar a Kathmandú no hay billete electrónico y rumbo.es no nos lo mandaba a Holanda, así que, hubo que anularlo.
Finalmente, les pedimos el dinero prestado a los padres de E y lo sacamos con su tarjeta. Pero tampoco fue sencillo, Amsterdam-Nueva Delhi, lo podíamos comprar por internet, pero como era mucho dinero, los de La Caixa, pidieron un código de confirmación para acabar la compra, código que llegó al móvil español de E, a 11 km de distancia (en casa) pero estábamos en el despacho de MA, (no había internet en casa), tuvimos que llamar a nuestras compañeras de casa para que nos hicieran el favor de ir a buscar la tarjeta del móvil (guardada, porque E sólo tenía un móvil en el que llevaba la tarjeta holandesa) y meterla en su móvil y darnos el código, E se tuvo que ir a inglés, y MA tuvo que repetir todo el proceso porque la sesión había expirado para cuando conseguimos solucionarlo.
Para el billete Nueva Delhi-Kathmandu encontramos un sitio donde nos lo gestionaban desde Amsterdam y nos apresuramos hasta allí a comprarlo, llegando a última hora, porque no era plan de retrasarlo más por si nos quedábamos sin vuelo y no podíamos llegar hasta Nepal.
Pero lo conseguimos, y tuvimos nuestros e-billetes con la Turkish Airline, y billetes en papel (a la antigua usanza) con Jet Airways.

Vacunas: éstas, gracias a Dios, no fueron muy problemáticas, sólo encontrar el lugar donde te las ponían, pedir cita, esperar y que nos pincharan, y cobraran una pasta, con decir que por el librito amarillo nos cobraron 3'5 € y 8 € por la consulta, que menudo morro la consulta nos la hicieron a los dos a la vez, pero los 16 € bien que nos los cobraron.
Pues a parte de eso, y que a E le pusieron vacuna contra la polio, tétanos y difteria, y no se la tenían que haber puesto, sin más incidentes.

Siguiente quebradero de cabeza, y no pequeño, los visados. ¡Qué majos los nepaleses! fue muy sencillo obtener el visado, encontramos el consulado de Nepal, en Amsterdam, bastante céntrico, fuimos con una foto, y rellenamos unos formularios, pagamos, y sin pedir más historias, nos dieron el visado en el acto. Es más si no hubiéramos podido obtenerlos aquí, nos los hubieran hecho a la llegada en el aeropuerto.
Pero el de India, y para un p**o tránsito, eso es otra historia. Encontramos un sitio donde hacerlo en Amsterdam, al final del mapa, pero en otra dirección distinta a nuestro final del mapa. Para empezar ya nos pidieron dos fotos (así que nos tuvimos que hacer fotos, 9 € por cabeza por seis fotos tamaño carnet, ¿de qué van?, en fondo gris), el visado tenía que ser de tránsito y doble entrada, lo que te permite estar en el país 72 horas cada vez que entres, bueno eso eran 12 € cada uno, y 15 € de gastos de gestión para cada uno, y tardaban unos 2 ó 3 días en tener el de E, pero el de MA, que no está inscrito aquí, había que solicitar permiso a España, y sólo por eso 30 € más. Y esto no es lo más grave, sino que el sitio al que llegamos, más que un sitio donde hacerte un visado parecía un garage en una zona industrial, y los tipos que nos atendían no tenían ni idea, nos dijeron que no necesitábamos visado, cosa que no nos convencía mucho, porque nosotros íbamos a salir de la zona de tránsito, quien le asegura al señorín del control en India que no nos vamos a ir por ese país, que nos vamos a quedar en el aeropuerto durante unas cuantas horas para esperar otro vuelo.
En fin, que retrasamos lo de sacarnos los visados de India, y tras mandar e-mails a todo el mundo (literal) para que nos solucionaran esta duda nueva que nos habían creado las personas que nos tenían que ayudar, resultó que sí necesitábamos visado. Lo de mandar visados a todo el mundo, mandamos a la embajada de India en Holanda, en España, a la embajada de España en India, a Inmigración en el aeropuerto Indra Gandhi en Nueva Delhi..., vamos a todos los sitios que se nos ocurrian, sólo nos contestaron de Den Haag (La Haya), y nos dijeron que fuéramos urgentemente allí, que tardaban unos días en darlos.
Así que al día siguiente, E, con todos los documentos rellenados fue a Den Haag, ella tenía que justificar que estaba registrada en Holanda, así que llevó el papelín que le dieron el día que se registró, pero eso no servía, tenía que ser un papel oficial que se lo dieran en el ayuntamiento de A'dam, trás explicarles la situación, la chica decidió solicitar el de MA y aceptó a que ella le mandara por fax dicho documento y entonces solicitar el suyo. Bien porque el de MA eran unos 7 días lo que debía tardar, todavía teníamos tiempo de sobra.
E, llama a MA, "cielo, este infierno no termina nunca, busca el teléfono del ayuntamiento de A'dam, que te den cita para ir a por un documento como que estoy registrada allí, por el que, como no, tendremos que pagar, me han dicho que unos 5 €". Bueno, fueron 11 y pico, y por suerte, no te tenían que dar cita (para registrarte te dan como 15 días más tarde), con ir era suficiente, así que E fue al día siguiente (el mismo que nos pusieron las vacunas), y mandamos el fax a Den Haag. Como no nos dijeron si lo habían recibido y no había más problemas, les mandamos un mail por asegurar, y contestaron de un modo bastante borde.
Los días pasaban, y pasaron los 7 días, y más, y no llamaban para decir que ya los tenían, les mandamos un mail para preguntar, otra vez contestación bastante borde, diciendo que nos estuviéramos tranquilines que ya nos dirían, ¡por el amor de Dios, sólo faltaban tres días para irnos!, y el visado de MA, con su pasaporte, no estaba, de echo nos avisaron el día anterior a irnos a Nepal, a primera hora de la mañana, ese día E ya estaba dispuesta a ir a Den Haag avisaran o no, a intentar obtener el pasaporte de MA fuera como fuera, pero no hizo falta una sangrienta batalla, y así, por fin lo teníamos todo para irnos, pero imaginad, hasta última hora no tuvimos los visados, y en India no eran tan tolerantes como en Nepal, si llegas sin visado no te lo dan allí.

Y por lo demás, pues lo típico, aquí no tienes todas tus cosas, y todo lo que se te ocurre que te vendría bien para ir a Nepal está en España, aquí el destino nos sonrió, y los padres de E iban a Zaragoza en Semana Santa, y una de nuestras compañeras de casa también, así que llevaron cosas que nos iban a hacer falta y las tuvimos antes de irnos. Encontrar en las tiendas de aquí ciertas cosas fue más complicado, pero nada que ver con todo lo que habíamos pasado con los billetes y los visados, así que ya lo teníamos todo (incluídos unos fabulosos sacos de dormir de la basura), sólo nos faltaba un largo viaje por delante y estaríamos en Kathmandú.